Las tensiones globales afectan los preparativos de la COP30, pero “el fracaso no es una opción”
La COP30, que tendrá lugar en noviembre en Brasil, genera grandes expectativas en un momento crucial para el planeta, pero los preparativos se han visto eclipsados por conflictos devastadores y el retiro de Estados Unidos de los mecanismos de cooperación internacional.
Brasil, como país anfitrión, aún no ha presentado una propuesta de objetivo principal para las complejas negociaciones de noviembre en la ciudad de Belém, lo que genera temores de que la conferencia climática de la ONU termine sin resultados significativos.
Los preparativos se han visto obstaculizados por las guerras en tres continentes y la retirada de Washington de los mecanismos de cooperación en las áreas de clima, comercio y salud.
Y desde que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva propuso organizar negociaciones sobre el clima en la región amazónica, las expectativas se han atenuado, aun cuando el mundo se acerca rápidamente al umbral crítico del calentamiento global.
Las reuniones preparatorias, organizadas por la ONU en la ciudad alemana de Bonn, pusieron de relieve esta semana una serie de disputas, incluidas cuestiones financieras, que aumentan la incertidumbre sobre el resultado de la COP30.
Y aunque Brasil es un hábil negociador climático, “el contexto internacional nunca ha sido tan malo”, dijo Claudio Angelo, de la organización brasileña Observatório do Clima.
En el contexto actual, la exsecretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la mexicana Patricia Espinosa, afirmó que Brasil podría tener que conformarse con “pequeños avances”.
“Uno de los principales mensajes que debe surgir de la COP30 es la unidad de todos en torno al multilateralismo y la cooperación internacional. De no lograrlo, todos sufriremos”, declaró a la AFP.
“El fracaso no es una opción en este caso”, insistió.
El éxito de las anteriores Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se ha medido por los acuerdos alcanzados entre los casi 200 países participantes en el evento.
Las cumbres recientes han alcanzado acuerdos históricos, desde un compromiso global de abandonar los combustibles fósiles hasta la creación de un fondo especializado para ayudar a los países afectados por catástrofes climáticas.
La directora ejecutiva de la COP30, Ana Toni, afirmó que la mayoría de los temas clave derivados del Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático ya se han abordado. Esto deja a Brasil con un reto aún mayor: garantizar que lo acordado se implemente.
Gran parte de la acción ocurre al margen de la COP30 o antes de la llegada de los principales representantes de las naciones a Belém.
Según los analistas, los planes climáticos nacionales que deberán presentarse antes de la COP30 tendrán más relevancia que las negociaciones de este año.
Y muchos de hecho esperan que la última ronda de compromisos nacionales no sea suficiente para contener el calentamiento global a 1,5 °C, y posiblemente incluso a 2 °C.
“Creo que la COP tendrá que reaccionar ante esto”, dijo Ana Toni.
La incertidumbre sobre cómo la COP30 ayudará a las naciones a acercarse al objetivo de 1,5 °C está generando preocupación dentro de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares.
"Nuestra supervivencia depende de ello", declaró a la AFP la jefa negociadora del grupo, la samoana Anne Rasmussen.
La forma en que los países cumplirán su compromiso de abandonar los combustibles fósiles también podría convertirse en un punto de conflicto.
Claudio Angelo expresó su esperanza de que Brasil defendiera la idea, incluida en el plan climático del país, de trabajar para establecer "cronogramas" para la transición. Al mismo tiempo, comparó la subasta para la exploración de bloques petroleros en la desembocadura del río Amazonas, organizada este mes, justo cuando los negociadores climáticos comenzaban a trabajar en Bonn, con un acto de "sabotaje".
Otra prioridad clave para Brasil es la protección de los bosques, pero más allá de eso, los líderes de la COP30 se están centrando principalmente en temas pendientes de reuniones anteriores.
Pero las tensiones globales podrían no dar cabida a mucho más. «Tenemos que centrarnos más en preservar el legado que hemos establecido que en aumentar la ambición», declaró Yalchin Rafiyev, negociador jefe sobre clima de Azerbaiyán, país anfitrión de la COP29.
Las personas cercanas a las negociaciones admiten que el ritmo lento puede ser frustrante, pero insisten en que las conversaciones anuales siguen siendo cruciales.
"No creo que haya otra manera de abordar una amenaza tan grande para la humanidad", dijo Espinosa a la AFP.
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